Historias mágicas/Robert Houdin

El ilusionismo como lo conocemos hoy, debe su origen al habilidoso relojero francés, Jean Eugene Robert Houdin quien es considerado el padre de la magia moderna. Robert Houdin nació en Blois, Francia el 6 de Diciembre de 1805. Aunque al principio compaginaba su trabajo con la magia y el ilusionismo, finalmente debido a su éxito, Robert Houdin abandonó el trabajo de relojero y se dedicó a su pasión, el ilusionismo, lanzando trucos nuevos y actuando incluso durante sus vacaciones. Debutó en 1845 y según relata en sus memorias, no sin los nervios que muchos conoceréis o hayáis oído hablar, “el miedo escénico” (Parece que no le fue muy bien en su primera representación).
Su esposa a menudo se veía involucrada en sus trucos, los cuales eran innovadores para la época, y luego tenía que revelárselos a las autoridades para evitar ser perseguido por brujería. Robert Houdin actuaba en teatros y fiestas privadas vestido con la ropa formal de la Francia de la época, que incluye la chistera con la que actualmente asociamos a los magos tradicionales.
Sus habilidades como relojero le llevaron al grandioso e impresionante efecto llamado "El Naranjo Fantástico"; Robert Houdin pedía prestado el pañuelo a una señora y lo hacía una bola que ponía junto a un huevo, un limón y una naranja, en fila sobre una mesa. Hacía pasar mágicamente todos estos objetos unos dentro de otros y, por último, cuando todos estaban reunidos en la naranja comprimía la naranja entre sus manos y la iba reduciendo de tamaño hasta convertirla en polvo que ponía en un frasco donde había alcohol, para así obtener licor de naranja. Después mostraba un naranjo desprovisto de flores y frutos. Vertía en un vaso un poco de licor que acababa de preparar y le prendía fuego, lo colocaba debajo del arbusto y tan pronto como la emanación alcanzaba el follaje empezaba a llenarse de flores. A un golpe de varita, esas flores eran reemplazadas por frutos que repartía entre los espectadores. Cuando quedaba una sola naranja en el árbol, ordenaba que se abriera en cuatro partes y aparecía en su interior el pañuelo que le había sido prestado al principio del efecto. Dos mariposas moviendo las alas lo tomaban por las puntas y se lo devolvían a su dueña.
Años después de su muerte, el gran escapista Ehrich Weiss, más conocido como Harry Houdini, le mostró su admiración adoptando su apellido como seudónimo.